Rosa de Jericó.
La planta de la suerte. Cuenta la leyenda que cuando Jesús oraba en el desierto, la Rosa de Jericó le perseguía arrastrada por los vientos. Se detenía una y otra vez a sus pies y así le acompañaba. Al despertar del alba, la planta se abría con la humedad del rocío y ofrecía al Maestro las gotas de agua que había en sus ramitas. Jesús, sediento tras una noche de oración, calmaba su sed tomando con sus dedos el agua que le ofrecía la planta. Agradecido por haberle apagado la sed, la bendijo. La Rosa de Jericó ha sido considerada una Flor Divina. En muchos pueblos de la Tierra se cree que quien adopta y cuida una Rosa de Jericó atrae para sí mismo y para los suyos, paz, fuerza, felicidad, suerte en los negocios, energías positivas, habilidad en el trabajo y bienestar económico. Incluye folleto con instrucciones.
